¿EL TIRO POR LA CULATA?

De repente, cuando nadie lo esperaba, la televisión argentina tuvo un ataque de moralismo. Pero, como ocurre cuando dejamos de practicar algo, no salió.

Al parecer, necesitábamos nuestra propia Paris Hilton. Esa simpática y acéfala heredera del imperio hotelero que se ganó su fama de la misma manera que la dulce joven expulsada de la selección de High School Musical.

En los días que pasaron, fue la noticia cholula de turno la expulsión de una tal Chachi, bajo los cargos de exhibición pornográfica que le impidió salir en, que los medios fáciles se encargaron de desmenuzar, mostrar y condenar en los horarios de la tarde.
¡Qué mal ejemplo para los niños si esta desfachatada que graba videos con su novio ganaba! ¡No podemos permitir eso! ¡Pero en qué sociedad vivimos! Y demás escandalosas reacciones que escuché decir a doña Pepa en el almacén.
He leído en estos días que la joven estará en varios capítulos de una novela nacional en el horario de las 21 hs. ¿Cuál es la diferencia? Tal vez no haya niños frente a la pantalla pero si preadolescentes a los cuales consideramos “niños” aun.

A ver si explico mejor mi punto de vista de esta manera. ¿Es la solución eliminar, borrar, despedir a esta participante? ¿Cuál es el sentido de hacerla a un lado y erigirla como el icono del mal ejemplo? Quiero suponer que los productores se tomaron la molestia de hacer un acto moral para evitar la oleada de quejas de los padres de los niños televidentes. Dar el mensaje de “no permitiremos que las chanchadas se pasen por alto en este canal, queremos a nuestros niños que nos miran y los queremos sanos”.
Al parecer no calculaban que aparecieran por Internet 459.000 sitios con fotos del sucedido (¡y qué fotos!). De los 50 sitios que visité, 30 poseían el video también y solo 19 tenía la leyenda “prohibido para menores de 18” (como si eso fuera una barrera alguna para un curioso adolescente o púber). ¿Mencioné que ni la mitad de estos sitios estaban protegidos por los programas filtro de pornografía?

No quiero que piensen mal de mí, pero vacaciones de invierno, Internet y mucho tiempo libre, son una mala combinación para cualquier ente que tenga mínimos conocimientos de manejo en Internet.
¡Que no se entere mi madre! pero si volviera a tener 15 años, ya hubiera buscado, descargado y pasado a mis amigos este video porque cualquier bobo, yo incluido, puede bajarlo por este medio.

Esta opinión no tiene un final propio, creo que cada uno debe meditar y hablar con sus cachorros estos temas. Si queremos dar un mensaje, intentemos darlo bien. Y debe ser un mensaje que demos nosotros (padres, hermanos, tíos, padrinos), personas de carne; no personas de 21 pulgadas.
Hagan ustedes el final.